Los cambios fisiológicos que se producen en tu organismo durante el embarazo hacen que tus necesidades diarias de agua aumenten. Los expertos recomiendan a las mujeres embarazadas beber hasta ocho vasos de agua al día. Es importante que los repartas bien a lo largo del día para que le proporciones a tu organismo y al de tu bebé, la cantidad de agua necesaria de manera regular.
Durante el embarazo, puedes aliviar algunas de las molestias típicas aumentando tu ingestión de líquidos.
- Molestias digestivas: Las náuseas y los vómitos pueden ir acompañados de una pérdida de líquidos que hay que reponer para evitar la deshidratación.
- Estreñimiento: Se puede ayudar a aliviar aumentando la ingestión de líquidos.
- Sequedad de piel: la piel puede aparecer más seca durante el embarazo, por eso es fundamental beber agua en cantidad suficiente.
- Estrías: Bebiendo 2 litros de agua al día puedes ayudar a hidratar tu piel y puede disminuir el riesgo de formación de estrías.
- Dolores de cabeza: la deshidratación durante el embarazo puede producir dolores de cabeza. Beber agua a menudo te puede ayudar.
Ten en cuenta que durante el embarazo el agua es fundamental para la nueva vida que llevas dentro tanto para producir el líquido amniótico como para aumentar tu volumen de sangre.
- Líquido amniótico: Antes de nacer, tu bebé pasará nueve meses en tu interior flotando en el líquido amniótico que se compone de hasta un 98% de agua. Además de proporcionarle un entorno cómodo y confortable, el líquido amniótico también hidrata sus tejidos en formación, le protege y aísla de cualquier peligro.
- Volumen de sangre: Durante el embarazo, tu volumen de sangre aumenta en un 45 por ciento por lo que es fundamental mantener una correcta hidratación para garantizar la producción de sangre que necesitas.
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